A pesar de sus diferencias de presentación, es importante entender que el juego principal sigue siendo idéntico.
Configuración de rueda idéntica
Tanto la ruleta inmersiva como la estándar utilizan la rueda europea de un solo cero, con los números del 1 al 36 y un solo 0. Esta configuración mantiene la ventaja estándar del 2,7% de la casa y ofrece probabilidades y mecánicas de juego uniformes en ambas versiones.
Tipos de apuestas y pagos coincidentes
Los jugadores encontrarán las mismas opciones de apuestas en ambos formatos, incluidas las apuestas directas, divididas, callejeras, de esquina y otras apuestas tradicionales. La estructura de pagos sigue siendo la estándar, lo que significa que no es necesario ajustar las expectativas o las estrategias en función de la versión que se esté jugando.
Procedimientos y jugabilidad uniformes para los crupieres
Las acciones del crupier, como aceptar apuestas, decir «no más apuestas» y hacer girar la ruleta, siguen los mismos procedimientos tanto en la ruleta inmersiva como en la ruleta estándar. Esta uniformidad garantiza que la jugabilidad fluya de manera similar, lo que permite a los jugadores hacer una transición fluida entre las dos versiones sin cambiar su enfoque.
Mecánica de juego idéntica
Tanto la ruleta inmersiva como la estándar mantienen la misma física de la bola y la rueda, así como una mecánica de giro idéntica, ya sea física o basada en RNG. Las reglas sobre el tiempo y la validez de las apuestas también son consistentes, lo que garantiza que el juego principal funcione de la misma manera en ambas versiones.
Protocolos estandarizados para concesionarios
Los concesionarios de ambos formatos reciben capacitación según los mismos procedimientos y operan según las mismas pautas. Esto incluye cómo se gestionan las apuestas, cómo se inician las tiradas y cómo se confirman los resultados, manteniendo la uniformidad en la ejecución del juego.
Igualdad de certificación e imparcialidad
Ambos formatos se someten a los mismos rigurosos procesos de certificación y pruebas de imparcialidad para garantizar el cumplimiento de las normas reglamentarias. Como resultado, los jugadores pueden esperar el mismo nivel de integridad y confiabilidad, sin que un formato ofrezca ninguna ventaja estratégica sobre el otro.